martes, 12 de julio de 2011

Del progreso

Los últimos meses fueron difíciles. Algunos días mucho más difíciles que otros. Pero la felicidad es una elección diaria, y cada día, de a poco, elijo ser feliz. Lamento que vos no lo hayas podido ser conmigo…

Hay días, esos días que yo solamente conozco, que la elección no basta. Que la voluntad no lo logra. Y me permito una lágrima, o varias. Porque me parece más sano llorar que ocultar mi tristeza.

La tristeza tiene esas cosas. A veces es mejor dejarla fluir por los lagrimales, porque adentro es peor. Y siento que con cada lágrima se va un poco más de vos que había quedado dentro mío. Y te despido, sabiendo que alguna vez volveremos a hablar, porque siempre lo hicimos, pero que no va a ser igual.

Por suerte mi piel ya no te extraña. Mi boca no te añora. Mi cuerpo se acostumbró a tu ausencia y tampoco te reclama. Es sólo mi corazón el que no se resigna de tanto en tanto. Porque el progreso es así. El que no se adapta se queda.

Y yo decidí no quedarme, decidí seguir, sin vos. Porque sé que sos feliz, sin mí, y yo tengo todo el derecho a ser feliz, sin vos.