sábado, 13 de agosto de 2011

De los ciclos

Siempre digo que la vida es un sistema cerrado, todo lo que da vueltas, tarde o temprano, llega a vos. Y lo que mandás al universo, vuelve. Lo bueno y lo malo. Por eso hay que tratar siempre de mandar buena onda, para que las chances de que te vuelva se incrementen…

De la misma manera como todo sistema, hay ciclos, buenos y malos. El año pasado parecía que mi vida iba directo al estrellato, para luego aparecer directamente estrellada. Apenas un par de meses entrado el 2011, el universo me mandó un mensaje clarito: Nena, aprovechá siempre de los buenos momentos, porque todo termina. Lo bueno y lo malo.

Otra cosa que aprendí este último tiempo, a fuerza de buscar la estabilidad, la constancia, es que lo único constante es: EL CAMBIO. Y ya a estas alturas debería haberlo aprendido… Y los ciclos no son posibles sin el cambio. Si no hay movimiento, no hay progreso, no hay avance, no se llega a ningún lado.

Así que, en medio de esta nueva ola positiva, me agarro fuerte a mi tabla, barreno un poco entre las olas, y me preparo para deslizarme, dejar que el mar salpique mi cara, aprovechar los rayos del sol mientras se puede, y cuando la ola una vez más me pegue una revolcada, porque sé que lo va a hacer… tendré el recuerdo del calor en mi piel, el sabor salado en los labios y el vértigo de cortar esta pared mojada con una mano, mientras avanzo por un túnel azul hacia la luz…

domingo, 7 de agosto de 2011

De las elecciones 2

Este post, a diferencia del que escribí en el 2009, es sobre las elecciones personales, no las de poner un papel en una urna…

Vamos por la vida haciendo elecciones diarias, elecciones cotidianas: tomar colectivo o taxi, comer carne o ensalada, ponerse pantalón o falda, comprar un shampoo u otro, agua o coca, vino o cerveza… ser feliz o no ser feliz, al fin del día esa es la elección final de cada día.

Hace poco tiempo tomé una decisión no sólo por mí sino por otra persona. Él no podía decidirse y yo no iba a detenerlo en su búsqueda de la felicidad, por lo que decidí que era mejor separarnos. Pero a veces, lo que a una persona lo hace feliz es precisamente ser infeliz. Ser mártir. Sacrificarse por los demás. Y ahí radica el núcleo de su felicidad, en no ser felices.

Por loco que suene, hay personas que solamente están en paz cuando no son felices, cuando son víctimas, mártires, sacrificadas almas en función de lo que ellos piensan es la felicidad de otros… Y yo, que son una sobreviviente, una luchadora, que le gané a la electricidad, que veo cosas positivas y hermosas por todos lados, entiendo, luego de meses de darle vueltas al asunto, que no puedo ser responsable de la felicidad de otro, ni soy tan poderosa como para hacer que alguien quiera ser feliz…

Soy responsable de mi felicidad, de seguir haciendo lo que vengo haciendo hace 40 años, mirar todo con los mismos ojos sorprendidos, casi de niña, de sonreír cuando veo algo que me despierta un solcito en el pecho, de seguir disfrutando de los atardeceres y de la cama calentita los días de invierno… La vida es demasiado corta para vivir como un mártir, o vivir al lado de uno. Y si todavía no aprendiste esto a tu edad, yo no te lo puedo enseñar. Que seas feliz siendo infinitamente infeliz.

Yo elijo mi vida…

Y ustedes? Se han cruzado con mártires en sus vidas?