viernes, 23 de octubre de 2009

Del cambio de estaciones

Cuando llega la primavera a la ciudad, que parece que finalmente lo ha hecho y no es otro invento de la publicidad, me encanta salir para la oficina porque paso por los lagos y veo a las familias de patos y gansos nadando plácidamente. Es una postal de la ciudad que se ve sólo en esta época del año.

Pero cuando salgo de la oficina, no me quiero volver a subir en el 130 en la puerta, prefiero caminar por Alem, cruzar la plaza de la Torre de los ingleses, disfrutar de la temperatura media, el sol que todavía está presente... Y me tomo el tren. Llego a Belgrano en más o menos 15 minutos, y luego camino otro poco hasta llegar a casa.

Esta caminata vespertina, sin patitos, pero llena de aire y algo de sol, en medio de la hora mágica, ese momento en el que el sol se pone y la luz que proyecta es ideal para la fotografía, me recarga las pilas.

El tema es que esta rutina primaveril me descompone la rutina del gym. Hace dos semanas que no voy!!! Todo muy lindo, todo muy soleado, todo muy zen, pero y el gym??? Me está costando retomar la rutina de ejercicio, no logro salir de casa con el bolso, y con las pilas cargadas y todo, no me da para llegar a casa, cambiarme y salir de nuevo para el gimnasio.

Me engaño diciéndome que bueno, que la caminata que hago todos los días al salir de la oficina reemplaza un poco a los 45 minutos de caminata y elíptica y stepmaster que haría tres veces por semana, si fuera a Obras... Pero en el fondo, o no tan en el fondo, sé que no es así...

Igual, no me importa, me enamoro de Buenos Aires de nuevo cuando caminando por las calles de Belgrano huelo los jazmines, o las flores de los tilos, o las de otros árboles que no sé cómo se llaman, pero huelen divino! Siento que hasta la gente tiene mejor humor...

Cuál es su estación favorita del año? En qué lugar del mundo?

lunes, 19 de octubre de 2009

De las lágrimas

Soy una llorona por naturaleza. Una de mis frases célebres, que mi madre me recuerda cada vez que se me escapa un lagrimón es: "Mami: ¡Qué lindo es llorar!"

Lloro con facilidad, pero no porque esté triste o por alguna situación en particular. Lloro porque estoy mirando una película y algo me hace click adentro y es como si se abriera una canilla. Y no paro, hasta que se vació la última lágrima. Y puede que no sea una película dramática, ayer miraba WALL-E y cuando parece que el robot se muere, me angustié tanto, que se me caían las lágrimas en silencio. A ver, un robot, un dibujo animado... Un ex mío decía que yo hasta había llorado con la muerte de Darth Vader...

Mi llanto se dispara también en aeropuertos, aeroparques y puertos varios (en la escena final de Love Actually puedo gastar una caja entera de Kleenex grande). Cada vez que me despido de alguna de mis amigas que viven lejos, cuando mi madre se va a su trabajo afuera, cuando soy yo la que se va de algún lado, dejándolas a ellas. Y esos llantos son larguísimos, tristísimos. Lloro en Navidad cuando escucho a mi amiga Paula en el teléfono y la sé del otro lado del continente, allá lejos en el Norte. Lloro cuando leo alguna frase de mi amiga Mimi en un chat, que me quiere levantar el ánimo y el ego. Lloro por lo que tengo y por lo que nunca voy a tener...

Mi llanto es catártico, y luego de llorar lo que necesito, ya está, vuelvo a mi vida, y la tristeza se va con las lágrimas. Lo importante es no pegarse a la melancolía que las lágrimas traen consigo.

¿Qué los hace llorar? ¿Qué los emociona? ¿Qué les frena el llanto cuando lloran?

martes, 13 de octubre de 2009

Martes, no te cases ni te embarques ni de tu casa te apartes...

Hoy es martes 13. Recuerdo que cuando era chica era todo un evento. Buscábamos en los calendarios cuántos días martes y 13 había en el año. Y tengo la sensación, porque no me acuerdo, que prefería lo que fuera a que me tomaran prueba esos días.

A los treinta y tantos, ya casi no creo ni en mí misma, imagínense en los maleficios de un día combinado con un número... De todos modos, como este es un blog que brinda servicios, y como Minuto Uno esta vez no publicó ninguna pavada al respecto, van algunas ideas para desterrar la mala suerte...

- Tener una herradura (encontrada, nueva no sirve)
- Una pata de conejo (pobrecito el conejito...)
- Levantarse de la cama con el pié derecho (a ver si les sale si duermen del lado izquierdo de la cama... ja!)
- Tocar madera cuando se escucha o dice algo que no se quiere que suceda (bue, o la cabeza hueca de alguno en su defecto...)

Igual, Joan Manuel lo dijo mejor que yo:
Nada tienes que temer,
al mal tiempo buena cara,
la Constitución te ampara,
la justicia te defiende,
la policía te guarda,
el sindicato te apoya,
el sistema te respalda
y los pajaritos cantan
y las nubes se levantan.

Cruza los dedos,
toca madera.
No pases por debajo de esa escalera.
Y evita el trece
y al gato negro.
No te levantes con el pie izquierdo.

Y métete en el bolsillo
envuelta en tu carta astral
una pata de conejo
por si se quiebra un espejo
o se derrama la sal.

Y vigila el horóscopo
y el biorritmo.
Ni se te ocurra vestirte de amarillo.
Y si a pesar de todo
la vida te cuelga
el "no hay billetes"
recuerda
que pisar mierda
trae buena suerte.

Toca madera,
toca madera.
Cruza los dedos,
toca madera.

Nada tienes que temer...
Arriba los corazones...
Nada tienes que temer
pero nunca están de más ciertas precauciones.

Cruza los dedos,
toca madera.
No pases por debajo de esa escalera.
Y evita el trece
y al gato negro.
No te levantes con el pie izquierdo.

Que también hacen la siesta
los árbitros y los jueces.
Con tu olivo y tu paloma
camina por la maroma
entre el amor y la muerte.

Y vigila el horóscopo
y el biorritmo.
Ni se te ocurra vestirte de amarillo.
Y si a pesar de todo
la vida te cuelga
el "no hay billetes"
recuerda
que pisar mierda
trae buena suerte.

Toca madera,
toca madera.
Cruza los dedos,
toca madera.

Y ajústate los machos,
respira hondo,
traga saliva,
toma carrera,
y abre la puerta,
sal a la calle,
cruza los dedos,
toca madera.

Toca madera,
toca madera.
Cruza los dedos.

Qué hacen para ahuyentar la mala suerte? Creen en la mala suerte? En el martes 13?

viernes, 2 de octubre de 2009

Del complejo de Wonderwoman

Soy hija de una mujer que me crió prácticamente sola. Mi papá me criaba los fines de semana, con suerte... Soy hija de una mujer que sabe usar un taladro con percutor, distingue una mecha de vidia de una mecha de acero, cambia enchufes e instala portalámparas...

Yo, por mi parte, quisiera olvidarme que alguna vez aprendí todo esto. Quisiera no ser wonderwoman. No quiero saber ni cómo se cambia una lamparita... Quiero que me cuiden y me mimen y no tener que arreglármelas sola nunca más en la vida...

A mis amigas las más jóvenes, les advierto, el jugar al yo todo lo puedo es poderosísimo, te sentís en control de tu vida, pero es muy contraproducente. Sépanlo. A los tipos, las minas que todo lo pueden, que no tienen debilidades, no les cierran...

Por otro lado, más allá de los menesteres domésticos, está el tema de "me tengo que poder bancar este trance sola". No, no tenés por qué si tenés un sistema de soporte que puede hacerlo contigo muchacha loca! No te quedes sola mientras te duelen las muelas, no hace falta. No necesitás levantarte en medio de la fiebre para ir a comprar un antibiótico, para eso están los amigos, sobre todo las amigas, que siempre te van a bancar. Pero es esencial que lo sepas transmitir, que lo sepas pedir. Y te dejes ayudar.

Me costó llegar a esta conclusión la mayor parte de lo que va mi vida adulta... Y ya no quiero ser wonderwoman, salvo para disfrazarme alguna vez ;-)