martes, 28 de abril de 2009

De las vacaciones 2

Trabajo todo el año con italianos y argentinos. Me la paso todo el año escuchando a los tanos hablando en español y a los argentos tratando de hablar algo parecido al italiano. Y viviendo en la ciudad de Buenos Aires, claramente el porteño es mi banda de sonido.

Recorrí 8 horas de avión, 1 de ferry y 4 de auto para llegar a un lugar paradisíaco para qué? Para tener la misma banda sonora del resto del año en mis únicas vacaciones. Sí señores: Costa Rica está plagada de argentos y tanos. Montezuma es un reducto italoargentino. Los ticos (como se autodenominan los costarricenses) son una franca minoría.

Lo bueno de esto es que:
- La comida es muy buena, todos los restós son italianos
- Los tipos que ves por la calle son buenos mozos

Porque aceptémoslo de una buena vez, el argentino será histérico, machista, demasiado futbolero, pero es un bombón.

En fin, luego del primer shock de escuchar los mismos acentos de siempre, nos dedicamos con mamá a recorrer Montezuma, que en lenguaje femenino no es más que hacer scouting de los locales comerciales para saber de antemano en dónde íbamos a gastar plata.

Esa misma tarde de la llegada me di mi primer chapuzón en el mar, en la playa Montezuma. Si mi idea era la de hacer la plancha en el mar, disfrutar de la quietud y la paz, me había equivocado de playa… Montezuma es tierra de surfers. Pero bue, por lo menos el agua, si bien las olas eran poderosas, el agua estaba a una temperatura maravillosa, tibia, pero no caliente.


Para mi madre el shock fue otro. Como les conté, es profesora de un Colegio del Mundo Unido. Y los alumnos también tenían vacaciones. Y a dónde fue una buena porción de los niños? A Montezuma. Todo bien, nos los cruzábamos en la playa, en la calle, en los restós… pero no estaban comiendo, estaban cantando y tocando algún instrumento a la gorra… Ah, aquellos tiempos en los que me iba a dedo a Venecia… Qué lindo que es ser empleada en relación de dependencia y dormir con aire acondicionado (no en carpa)!!!!!

De las vacaciones

Les debo las anécdotas del viaje en sí, más que los tramos aéreos que, seamos sinceros, mejor dejarlos para el olvido. Pero Copa, sépanlo, los voy a defenestrar en todos los medios posibles a mi alcance... Voy a contratar a un diseñador gráfico nada más que para que me haga un dibujito para poner en el blog y pasárselo a todos los bloggers amigos que diga: COPA APESTA!

Bien, dejando de lados los exabruptos que ciertas líneas aereas me provocan, voy a contarles de la primera semana de vacaciones. Mi madre, profesora en un Colegio del Mundo Unido, tenía una semana de vacaciones durante Pascuas, así que nos montamos en el poderoso Suzuki Sidekick Sport 4x4, y encaramos para la Península de Nicoya, para ir a Montezuma, a disfrutar de nuestras merecidas vacaciones.

Las rutas en Costa Rica están lejos, muy lejos de parecerse a algo como las Autopistas del Sol o la Ruta 2. O sea, sí hay peajes, y algunas están en excelentes condiciones, pero como el país está cruzado desde el Noroeste hacia el Sudeste por una cordillera, nada es en línea recta. 100 kilómetros te pueden llevar en términos de tiempo el doble que en nuestro llanísimo territorio hacia la costa.

Para llegar a la punta de la península, hay que tomar un ferry o cruzar por un puente, pero que te alarga el camino por 10. Salimos relativamente temprano de casa, en Costa Rica amanece a las 4:30 am - salimos tipo 6, y llegamos a Punta Arenas (de donde sale el Ferry) a eso de las 8 de la mañana.

Al llegar, buscamos el lugar de salida del Ferry, y nos pusimos a hacer la cola para poder embarcar. Acostumbrada al Buquebus, esta experiencia fue una aventura. No sólo no se saca el boleto con anticipación, si no que, hasta que no estás más o menos a metros del Ferry, no sabés si vas a viajar o no.

El sistema es el siguiente: Dependiendo de la nave que sea, entran entre 30 y 130 autos. Pero si suben vehículos más grandes, la ecuación cambia. Entonces, como si jugaran al tetris, van haciendo entrar autos, micros y hasta camiones en el ferry. Si no estás entre los primeros autos de la fila, tenés que esperar a que acomoden las formitas para saber si entrás o no. Cuando saben si entrás, te dan un papelito con el que vas a la boletería a sacar los boletos. Nadie te pide documentos del auto, modelo, nada.

En el ferry la travesía es más bien tranquila, podés optar por viajar en el exterior o en una sala que a veces tiene aire acondicionado, barcito, etc., parecido a Buquebus.

El puerto de llegada es Paquera. Desde ahí, hay que buscar la ruta que te lleva a tu destino. Como no hay muchas opciones o rutas, la verdad es que es bastante directo. Pero siempre te puede pasar que no veas el cartel que dice Montezuma, donde hay que doblar a la derecha y termines por un camino de tierra y piedras, directo a Mal País (sí, el lugar se llama así).

Más o menos a los 5km (que por camino de piedra parecen como 20), dimos la vuelta y encaramos para el lado que teníamos que ir. Y llegamos... un lugar estupendo...



Y acá nos quedamos una semana. Luego de tantos kilómetros, travesía, y caminos complicados, me sentía completamente lejos del mundo, lejos de mi mundo. Hasta que oí los primeros acentos en el pueblo...

martes, 14 de abril de 2009

De las aventuras viajeras

Si yo hubiera tomado como medida de lo que mi viaje iba a ser todo lo que sucedió en el viaje de ida, me hubiera regresado a casa sin siquiera poner un pié en el avión...

Uno de los motivos por los que decidí viajar en Copa fue que tengo algunas millas y pensaba que podría viajar en Business por primera vez en mi vida. Desde que saqué el boleto traté, sin éxito, obtener mi upgrade. Llamaba todos los días al 0800 de Continental. Pero la respuesta era siempre la misma, no hay muchos lugares para premio. Llame nuevamente. Metete el upgrade en la oreja Continental!!!

El día del viaje, llovía como si no hubiera un mañana... Papá se equivocó en el acceso al aeropuerto y tuve que bajar del auto con lluvia para que alguien nos abriera la barrera automática, para la cual ninguno de los dos tenía tarjeta. Strike 1.

El estacionamiento estaba repleto de autos, por lo que decidí mandar a papá de regreso y seguir el resto del periplo de pre-embarque sola. Hice mi check in sin dramas, y me tiré el lance de nuevo a ver si había lugarcito para el upgrade. Qué se yo, a último momento alguien podía decidir no viajar, no?

La señorita de Copa, me informa que para poder obtener un upgrade debía tener un status especial que con mis míseras millas no tenía. Le dije que nunca me habían informado de tal status, que volar con Copa no era barato y que había preguntado antes de compara el ticket. Pues ni modo, que no podía y punto. Strike 2.

Mientras pagaba mi tasa de aeropuerto, llamé al 0800 de Continental, para dejar mi queja formal. En el 0800 me dijeron que lo que la chica me había informado era incorrecto, que seguramente pensaba que yo quería un upgrade de cortesía. Que para no gastar millas tenía que ser un miembro elite, blah blah blah. En fin... no upgrade for you my love.

La puerta de embarque quedaba más o menos a la altura de Aeroparque... Y al lado de un sector fumador sin cerrar, por lo que me ahumé antes de subir al aeroplano... Mientras esperaba que llamaran a mi fila para embarcar, veo a una señora con 4 paquetones en la fila de mi vuelo: una valija de cabina, un bolso voluminoso, una caja!!! de proporciones respetables y una mochila... Y yo preocupada porque llevaba mi valijita y mi bolso de mano con Bianca...

Cuando finalmente me toca subir, veo una cosa que me hizo poner verde: los paquetes de la mentada señora estaban en el compartimiento donde YO debería haber colocado mi maleta. Tuve que controlarme muuuucho, porque si hay algo que me molesta es no encontrar lugar en el overhead compartment para MIS cosas. Por las fortunas del destino en mi asiento viajaban una señora y un niño, que estaban acompañados de otra señora, que tenía asiento más adelante. Ofrecí cambiar y dejé las valijas, cajas y bolsos en el recuerdo.

Me senté en mi nuevo lugar, pero noto que no había ni frazadita ni almohada. Le pido un par a uno de los asistentes de vuelo (azafatos, bah), quien casi 40' más tarde regresa con sólo una frazada. Strike 3. No había más almohadas. Pude matar a alguien con mis propias manos... Pero bue... La suerte ya estaba echada.

Y encima al lado mío no había un tipo buen mozo, soltero, encantador... Había una pareja en su luna de miel... YOU ARE OUT!!!!