jueves, 8 de julio de 2010

De los descensos al Averno - Cont.

Traspasado el umbral del control de equipaje de mano, y decidida a no salirme de mi eje zen de viajes, me calcé los auriculares en las orejas y, al ritmo de los Black Eyed Peas, me dispongo a exorcisar los demonios que me atormentan. Cual Guolo en discoteca, subo y bajo los hombros mientras repito cual mantra: "No me importa, no me importa", mientras espero una hora para hacer migraciones.

Ya dentro de la sala de espera, y sin tiempo para hacer una terapéutica visita al freeshop, nos llaman a embarcar casi inmediatamente. Primero llaman al Arca de Noé en todas sus presentaciones: familias enteras con niños de las más diversas edades pre-adolescentes y... y... UN GRUPO DE ADOLESCENTES DESENFRENADOS EN CAMINO A UN VIAJE DE ESTUDIOS / EGRESADOS!!!!!!!!!!!!!!! Este nuevo elemento en mi viaje amenazaba con hacer de mi travesía un descenso al Averno, pero a 10.000 pies de altura. Como siempre, Murphy demuestra su ley en todas sus aplicaciones. Juro que no estoy inventado nada...

Llego a mi asiento, y esto recién empieza: Familia Telerín que viaja por primera vez con cría de 2 años, sentada delante de mí, cuyo padre anuncia a todo el avión: "Yo pagué el asisento de la nena!!!", mientras exige que los acomoden nuevamente, ya que les dieron un asiento separado (son él, su esposa y la pequeña), al otro lado del pasillo. Toda la escena me remite a Pinti, cuando habla de los argentinos que viajan a Italia...

La niña lloró, gritó y rompió la paciencia todo el viaje, a intervalos regulares, mientras se turnaba con la vieja italiana que se levantaba de su asiento para ir al baño, y pasaba por el mío y sacudía mi respaldo cual terremoto chileno. O sea, entre los dos extremos etarios no me dejaron pegar un ojo. Apenas lograba conciliar un mínimo de sueño, tarea álgida en los excelsos asientos que se reclinaban generosamente 5°, o lloraba la cría o era el turno baño de la vieca. Gracias Odino...

Debo decir que había gente en el avión que la pasaba peor que yo. Se llevaban los premios al viajero abnegado y por qué no, un poquito pelotudo. La primera vez que voy a buscar agua a la estación de azafatas, observo dos señoras sentadas en el espacio de la puerta, una sentada en el asiento que usan las azafatas para el despegue y aterrizaje, la otra sobre una caja de aluminio, las de almacenamiento. Pensé que estarían cansadas de sus asientos, o de los gritos de la niña, o el terremto de alguna vieja... Ingénua!!! El vuelo estaba tan pero tan lleno y sobrevendido que había tres personas sentadas en lugares improvisados, seguramente ilegales y potencialmente peligrosos, para todos...!

De este primer tramo de viaje saco entonces un par de conclusiones:

1) Así como muchos piden el voto calificado, yo exigo y demando emisión de pasaporte calificado, así me ahorran la vergüenza ajena!!!!

2) Aerolíneas Argentinas es una mierda. No sé cómo levanta vuelo el avión en el que viajo, parece de la época de los hermanos Wright.

Stay tunned, más a venir...

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