Hace unos 10 años, convivía con un señor. Señor es una palabra que le queda grande en todos sus sentidos, sinónimos y significados. Era un tipo insignificante, eso sí, en todos los sentidos, sinónimos y significados. No era lindo, no era romántico, no era sexy, no era ni siquiera un intelectual, tal vez medianamente inteligente. En fin, qué nos juntó, aún me lo pregunto... A los casi 4 años de estar saliendo, y 2 conviviendo, se casó su hermano. En medio de la fiesta, me propone que nos casemos nosotros también. Luces rojas, sirenas y alarmas. Tuve el buen tino de decir que no, no una sino varias veces. Motivo de su propuesta: que sus padres nos podrían regalar un departamento y así ahorraríamos el alquiler... Preciosa premisa para empezar una vida juntos.
Tal vez la mortaja no llegó con la fatal pregunta. La mortaja venía con el paquete de la relación, empacadita desde el inicio. Pero bueno, es mi mortaja y mi casamiento... Que me la mandó el cielo, sin dudas. En mi vida estuve más segura de algo, ese no, esa negativa, me salvó de una vida muy muy infeliz.
16 comentarios:
que suerte que no te entusiasmaste con el departamento y con el señor!!!!
ann, por suerte, a veces, le hago caso a mis instintos.
si...el estómago es un buen consejero tambien
Vade retro salames, bienvenidos significantes
Emma, todos los salames, no. Hay unos taldileros que están bárbaros... jajajaja
Sí, basta de infelices...
Pero cómo hiciste para salir cuatro años y convivir dos años con un hombre "insignificante"? En mi experiencia se puede durar tanto tiempo con alguien que nos hace daño, pero difícilmente con alguien que nos resulta indiferente.
Ay Mr. Barban... Los misterios de las relaciones humanas. En su momento creo que mi soledad era mucho más patética que su insignificancia. Son etapas y momentos. Lo que hoy me parece insignificante, en su momento no lo era tanto, o yo no me di cuenta.
Pero por suerte me di cuenta a tiempo...
Coincido (en parte) con el fitzgeraldiano. Si alguna vez me crucé con un insignificante, a las dos salidas ya había logrado convertirlo en un cretino en todo su esplendor. No puedo explicarte cómo, Pau: es un don. Algunas lo enamoran, otras los casan y hasta hay quienes los empujan al éxuto. Yo, no: yo te lo transformo en un hijo de puta hecho y derecho.
Nunca quise vestir traje de novia. Espero zafar también de la mortaja.
Siesta dear:
De todos los cretinos que la vida me cruzó, este fue uno de los más hijos de puta. De ser un pusilánime (ahora lo veo así, con el tiempo y la distancia necesarias), se convirtió en lo que debería haber imaginado sería, vistos los antecedentes familiares... Insisto: Qué suerte que salí de eso.
y... uno va cambiando... lo que para una de epoca de nuestra vida es maravilloso, en otra no tiene sentido alguno...
esta bueno seguir el propio instinto, dificil errar por ese camino.
Te están invocando en la flojita, Pau.
Parece que tenés que ir a rescatar a Lito.
Allí fui, gracias Siestex. Ahora veo si puedo rescatar a Lito!
Limadilla y ciega como estoy... Por las dudas, Pau: pasemos al 14.
Yo conocí a este insignificante. Recuerdo una escena que me impactó mucho: estábamos en tu casa, Pau, y él estaba cocinando (?). Nosotras en el living, yo estaba por irme. Él vino de la cocina, con una cebolla en la mano, y se la puso a la altura del corazón y se sacudía frenéticamente (???). Yo le dije: qué quiere decir eso? Esa cebolla es tu corazón?
El actuaba, hacía como que lloraba.
Te acordás de todo esto, Pau? Fue hace mil años o en vida pasada, nosé.
Haber entendido antes la señal: nunca saldrá nada bueno de una unión con un corazón de cebolla!
Claro que zafaste, querida.
Besotes!
Meki:
No lo recuerdo. Pero no me sorprende, tenía un sentido del humor y una personalidad muy borderline. Recuerdo el día que quizo ir al cine con el disfraz de Star Trek, a ver una peli que nada que ver. Ese día perdí la oportunidad de salir despavorida y no mirar atrás...
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