martes, 1 de septiembre de 2009

De la naturaleza humana

El sábado saqué a pasear a mi ahijada Sol. Sol nació hace 8 meses y medio. Sol no habla y por lo general tiene una relación codependiente con su madre. Es más, Sol Avril no me da bola desde hace tiempo, porque prefiere darle bola a su mamá.

Yo le explico que cuando sea más grande, y de adolescente se pelee con la vieja, me va a venir a pedir asilo a mí, su madrina, la tía piola de la familia… Pero aún no lo entiende.

El sábado también saqué a pasear a un amigo de un conocido italiano por Buenos Aires. Como el tano estaba de paso por pocas horas en la ciudad lo saqué junto con Sol.

Luego de observar el comportamiento de mi ahijada, llegué a la conclusión de que la fascinación de las mujeres heterosexuales con los hombres es un tema genético, no de crianza. No se explica de otra manera que la muy turra, a sus 8 meses y medio le hiciera ojitos al tano y me mirara a mí, su madrina, su tía, con cara de “¿vos quién eras?”

Claro, ahora yo me explico por qué, cuando nos juntamos con amigas el tema central de conversación son ellos. Es genético chicas, no lo podemos evitar!!! Es como si quisiéramos dejar de comer, o respirar. No se puede evadir. Está en el código genético que nos venimos comiendo desde que somos primates seguramente. Imaginate ir contra todos esos años de evolución… o no evolución.

Así que la próxima vez que te digan que no podés estar así por un hombre, sabelo, podés, es tu código genético.

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