viernes, 29 de abril de 2011

De los cumpleaños

Hoy cumplo años. Cumplo 40 años. Me miro en el espejo y no noto diferencias con otros años. Gracias a la genética, no tengo arrugas. Por dentro me siento de 35 años, en otra época hubiera dicho de 16. Pero he pasado por tanto en los últimos tiempos que 16 ya parece exagerado…

La verdad es que no me imaginé pasar este cumpleaños así, pero no me quejo, todo lo contrario. Era una de las ideas, pasar mi cumple viajando. Y los viajes son mi deporte favorito… junto al shopping… Así que puedo decir que he combinado mis cosas favoritas en el mundo: Amigos, Italia, shopping, FELIZ CUMPLE NENA!

Todos me dicen que ahora empieza lo mejor de la vida. Yo sé que es probable que sea así, mi vida, a medida que pasan los años se pone cada vez mejor…

martes, 26 de abril de 2011

De los viajes 5

Hace una semana estaba terminando de preparar las valijas en casa, luego lloriqueando en Ezeiza, luego comprando mi tercer regalo de cumpleaños en el free-shop, luego subiendo al primer avión, y tomando la firme decisión de deshacerme con el despegue de todo lo que me hacía mal...

Mientras el avión despegaba y las ruedas se separaban de la tierra intenté hacer un simple ejercicio de visualización: todo el dolor de las últimas semanas, todo el llanto, toda la tristeza, se quedaba en el pavimento de la pista, nada de esto me seguía en mi viaje.

Creo que en parte lo logré. O tal vez sean las cantidades industriales de chocolate suizo que estoy comiendo desde que llegué... Porque si algo los libros de Harry Potter entendieron bien es que el chocolate es lo mejor que hay para mejorar los síntomas de tristeza y desesperación (sólo para entendidos en magia y curas contra Dementores).

Mi primera semana transcurre en la deliciosa frontera entre Francia y Suiza. Un pueblito llamado Divonne Les Bains, porque tiene aguas termales. No me privé de nada: de un lado y otro de la frontera visité la riviera suiza, mercaditos de frutas, verduras, pescados y la región donde nació el queso Gruyere.

En mi visita al mercado en Divonne entendí por qué estamos tal lejos de llegar a ser lo que es esta gente. En nuestros mercados callejeros, como mucho, te pueden convidar un mate en un puestito. Acá en los puestos de pescado te ofrecen la posibilidad de comer ostras con champagne... O sea... Qué duro que va a ser volver...!

En sus viajes, qué fue lo más distante de nuestra realidad que se encontraron?

jueves, 14 de abril de 2011

De los balances 2

Hace pocos meses pensaba que mi 2010 había sido un año genial, pero me encontré releyendo el blog con esta entrada... Y me doy cuenta de que mi buena racha venía durando desde hace bastante. Por lo que por la ley de las compensaciones y el equilibrio del universo, me tenía que tocar una mala tarde o temprano.

Los últimos días han puesto mi paciencia a prueba. Tuve de todo: inseguridad, inundaciones, desamor, complicaciones laborales, pidan y les cuento... Y luego pasa algo que te devuelve la fe en la humanidad. Hoy fue una conversación telefónica con una persona que conozco desde hace muy poco. Me sorprendió su calidad humana. Y me emocionó su solidaridad.

Puede que el 2011 no haya empezado de la mejor manera, pero ya nos vamos a ir amigando, vamos a hacer las paces y las cosas van a salir bien. Porque como digo siempre, tengo un equipo de rugby por ángeles guardianes. Y los míos deben tener algo de maoríes, y ya están preparando un Haka para amedrentar al enemigo...

miércoles, 13 de abril de 2011

De los viajes 4

Los que me conocen bien saben que amo viajar. Aunque sea en micro a la costa, en auto a Navarro, adoro agarrar la ruta. Pero mi debilidad son los aviones. La sensación que me produce el despegue del avión es indescriptible. Siento que me libero, que vuelo con alas yo misma.

Mi primer viaje en avión fue a la provincia de Santiago del Estero, con mi papá, para el viaje hasta falté un par de días al colegio. Y ahí empezó mi historia de amor con los vuelos. Más tarde me tomé mi primer vuelo sola, hacia Italia, con 16 años y la apariencia de 13. Y cuando llegué a Roma y me tomé el segundo avión fue la primera vez que lloré en el aire. Lloré porque este avión me llevaba cada vez más lejos de mi casa.

Cinco años más tarde, ese lugar se había convertido en mi casa lejos de casa. Mi punto de referencia. El lugar al que volver cuando necesito reencontrarme. Es un lugar y ese lugar son personas. Personas que extraño todos los días. La vida me permitió con algunas de estas personas seguir en contacto casi constante, aún antes del mail, ni hablar de Facebook.

De todos modos hay algo irreemplazable a la hora de necesitar reparar un corazón herido, como en 1999 y el mítico viaje a la Ciudad Eterna, o volver a empezar y reencontrarse con el pasado como el viaje al Ombligo del mundo en el 2000, o reafirmar lazos y desmitificar amores como el viaje otra vez a la Ciudad Eterna del 2005 para el casamiento de mi amiga/hermana... Qué decir del viaje al rescate de otra alma en pena en 2007 a la tierra de los Mayas, con visita a ese increíble lugar en la tierra y en mi mente, Antigua... O el rescate de otro corazón en llamas en octubre del 2009 a la ciudad que nunca duerme... La posibilidad que dan los viajes, el acortar distancias físicas, o de poner distancia para poner perspectiva a las cosas, es maravilloso.

Cada viaje a lo largo de los últimos 20 años ha tenido un propósito. El que viene tiene uno muy concreto, volver a encontrarme, a encontrar mis fuerzas, conectarme con mi esencia. Por qué la voy a buscar a Suiza y a Italia? Porque es donde está parte de mi familia agrandada, mis dos hermanas del corazón, y lamentablemente a la otra esta vuelta no la encuentro, porque está en la otra punta de otro continente. Porque solamente ellas saben cómo volver a juntar mis pedacitos. Solamente sus abrazos y sus hombros tienen la capacidad mágica de calmar mis lágrimas.

Viajar es un placer. Viajar es una terapia. No resuelve mágicamente las cosas. No es instantáneo. Nadie deja de sufrir cuando pasa por migraciones y le sellan el pasaporte... Pero es el primer paso.

martes, 12 de abril de 2011

De cómo nos fuimos complicando...

He notado un patrón de conducta en las relaciones propias, de amigos y conocidos: la complicación. ¿Cuándo empezamos a complicarnos tanto a la hora de las relaciones? No recuerdo que fuera así de complicado cuando era más chica, ni con Fer, ni con mis novios del College. Vivíamos el momento, sin plantearnos demasiado las cosas, era vivir el momento, pasarla bien y dejar que todo fluya.

En qué momento, cuando pasamos de adolescentes a adultos, sentimos la necesidad de hacer una disección de cada cosa que pasa con el otro? De poner bajo la lupa cada palabra, cada actitud, cada momento pasado juntos? ¿Por qué no podemos estar, transcurrir, vivir el momento, sin estar pensando en qué es lo que va a pasar? ¿Qué nos lleva a poner la mente en eventos futuros y no vivir el absoluto presente? ¿Por qué tenemos que definir lo que nos pasa? ¿Cuándo empezamos a pensar en vez de sentir?

Pueden decirme que en parte, uno de los motivos por los que hoy estoy sola es porque sentimos demasiado y no pensamos en lo que hacíamos... pero tampoco digo que una cosa sola sea buena. Los extremos nunca son buenos. Pero anteponer el cerebro al corazón, en temas del último, es como poner el carro antes del caballo...

Y ustedes, ¿cómo ven la mano de las relaciones? A ver, a mis amigas casadas desde hace siglos, a las que están bien, ustedes malditas (a las que envidamos sanamente... OBVIO), ¿cuál es su fórmula?

A partir de la semana que viene el blog volverá a tener su sección viajera. Me voy a reparar mi corazón con "ahujeritos" a Ginebra y Trieste. Hay cosas que siempre hacen bien: Una copa de vino tinto, un chocolate y un viaje. Sin duda es la mejor terapia.